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Tratamiento con ondas de choque extracorpóreas

Tratamiento con ondas de choque extracorpóreas

Generadores de ondas de choque focales y ondas de presión radial

Lesiones y enfermedades que tratamos con ondas de choque:

TENDINOPATÍAS CRÓNICAS (TENDINITIS)

  • Tendinopatía calcificante del hombro
  • Epicondilopatía lateral del codo (codo de tenista)
  • Síndrome de dolor del trocánter mayor
  • Tendinopatía rotuliana
  • Tendinopatía de Aquiles
  • Fascitis plantar, con o sin espolón calcáneo
  • Tendinopatía del manguito rotador sin calcificación
  • Epicondilopatía medial del codo (codo de golfista)
  • Síndrome de tendinopatía aductora
  • Síndrome de tendinopatía de Pata de ganso
  • Tendinopatía peronea
  • Tendinopatías de pie y tobillo
  • Dedo en gatillo
  • Enfermedad de Dupuytren
  • Fibromatosis plantar (enfermedad de Ledderhose)
  • Enfermedad de De Quervain
  • Dedo en gatillo

Lesiones nerviosas

  • Síndrome del tunel carpiano
  • Polineuropatía
  • Lesiones de los nervios periféricos

PATOLOGÍAS ÓSEAS

  • Cicatrización ósea retardada
  • No unión ósea (pseudoartrosis)
  • Fractura por estrés
  • Necrosis ósea avascular sin alteración articular
  • Osteocondritis Disecante (OCD) sin alteración articular
  • Edema de médula ósea
  • Enfermedad de Osgood Schlatter: Apofisitis del tubérculo tibial anterior
  • Síndrome de estrés tibial (periostitis)
  • Osteoartritis de rodilla

Artrosis

  • Cadera
  • Rodilla
  • Tobillo
  • Codo
  • Rizartrosis

Patologías musculares

  • Síndrome Miofascial
  • Lesión muscular sin rotura

Contraindicaciones

Contraindicaciones absolutas de las ondas de presión radial (RPW) y/o ondas de choque focalizadas de baja energía:

  • Tumor maligno en la zona de tratamiento (no como enfermedad base)
  • Feto en la zona de tratamiento

Principios Físicos de las Ondas de Choque

Una onda de choque es una onda acústica o sónica que se eleva por encima de la presión atmosférica en nanosegundos (10-9 s) alcanzando una presión de 100 MPa y después decrece exponencialmente en 1-5 ms hasta la presión atmosférica pasando por una fase de presión negativa de -10 MPa

En medicina se utilizan ondas de presión con un rango entre 10-100 megapascales (1 MPa = 10 Bar). Como vemos en la figura 4, la presión rápidamente se eleva hasta un valor pico llamado pico de presión positiva P+.

Para obtener información espacial del campo total de una onda de choque, se puede hacer una representación espacial  en 3-D de los trazos de la Presión positiva. Acorde con esta representación espacial de la presión, EL FOCO se define como la localización  del máximo pico de presión acústica  positiva  P+

Las dimensiones del foco son dadas por el contorno de la mitad del pico de presión máximo P+/2. El volumen de foco a -6db se representa en la (fig.6) donde la distribución fx(-6dB) y fy(-6dB)  simbolizan la anchura del foco y la longitud del foco viene representada por la fz(-6dB)

Efectos mecánicos de las ondas de choque

A la distinta resistencia que ofrecen los tejidos del cuerpo humano al paso de las ondas de choque se denomina impedancia sónica. En la siguiente tabla se muestra las distintas propiedades acústicas de los medios.

 

Cuando las Impedancias son de medios diferentes, p.e. grasa-músculo, la onda en parte se refleja hacia el medio 1 y en parte se transmiten al medio 2. Si la impedancia del medio 2 es menor que la del medio 1, la presión reflejada tiene un signo negativo. En la transición de  un tejido con un órgano con aire como la mayoría de la energía se refleja y no se transmite al medio 2, en esta interfase se producen desgarros y rotura de órganos como el pulmón o intestino

Efecto Hopkins: en una calcificación el efecto destructivo se inicia en la parte contraria a la zona de entrada de la onda donde las fuerzas tensiles sobrepasan la resistencia del material. La onda al salir se transmite de un medio de alta impedancia a uno de baja impedancia como ocurre con el músculo que rodea a una calcificación

Efectos biológicos de las ondas de choque

Durante más de 30 años, las ondas de choque han sido aplicadas con éxito para desintegrar cálculos en vías urinarias (1). Actualmente, las ondas de choque también se utilizan para tratar patologías del sistema músculo-esquelético (2).

De la desintegración de piedras en el riñón al tratamiento de huesos
En las radiografías de seguimiento, los urólogos observaron que si el cálculo estaba ubicado en los uréteres y en la vejiga, las ondas de choque producían también un aumento de la densidad del hueso ilíaco. Las ondas de choque destruían los cálculos y a la vez fomentaban la osteogénesis en las áreas cercanas a la zona de tratamiento (3). Este efecto atrajo rápidamente la atención de cirujanos ortopédicos y traumatólogos.
Se iniciaron estudios en ciencia básica, trabajos de experimentación con animales de laboratorio y ensayos clínicos en humanos. Las ondas de choque mejoraban el crecimiento óseo y tenían un efecto regenerador en los tendones.

El tratamiento con ondas de choque usado con éxito durante más de 15 años en patologías ortopédicas
El tratamiento con ondas de choque se expandió rápidamente por todo el mundo para las siguientes indicaciones:

  1. Pseudoartrosis y fracturas con retraso de consolidación (4)
  2. Tendinopatía calcificante del hombro (5)
  3. Fasciopatía plantar (con o sin espolón)(6)
  4. Epicondilopatía (“codo de tenista”) (7)

En estas patologías, los ensayos clínicos muestran su eficacia en la consolidación ósea,  la disminución del dolor y la recuperación de la funcionalidad.
La constante investigación ha permitido un aumento del conocimiento sobre las respuestas biológicas y los mecanismos de acción de las ondas de choque. Los conceptos de estimulación, mecanotransducción, angiogénesis y regeneración tisular permiten ampliar la gama de indicaciones terapéuticas a otras patologías crónicas del sistema músculo-esquelético: Tendinopatía aquílea (8,9), Síndrome doloroso del trocánter mayor (“bursitis trocantérea”)(10) y en otros síndromes dolorosos de inserción muy frecuentes en el mundo del deporte como el síndrome de los músculos isquiotibiales (11) y el síndrome medial de la tibia (12).

Mecanismos de acción de las ondas de choque

Originalmente, se adoptó un modelo mecánico. Las ondas de choque  causaban micro-lesiones en el área tratada, iniciando así el proceso de curación del tejido. En la actualidad, las investigaciones básicas demuestran que la suposición original del efecto mecánico tiene que considerarse inexacto.

Del modelo mecánico al modelo biológico

Diversos grupos de investigadores por todo el mundo han realizado estudios demostrando que las ondas de choque provocan una respuesta biológica en el tejido tratado.
Mediante un proceso llamado mecanotransducción, el estímulo mecánico de las ondas de choque genera una respuesta biológica.

El núcleo de las células se activa y se inicia la producción de proteínas responsables de los procesos de regeneración tisular (también llamados “factores de crecimiento”).
Las ondas de choque activan la angiogénesis, se forman nuevos vasos sanguíneos. (13, 14, 15). Aumentan la producción de colágeno, a partir de factores de crecimiento como el TGF-beta1 y el IGF-I (16,17). La regeneración de tejidos está mediada también por la liberación de óxido nítrico y el factor de crecimiento VEGF. Los estudios muestran la presencia del antígeno PCNA, que indica proliferación celular(18).

 

Otros trabajos muy recientes han podido probar una influencia de las ondas de choque en la diferenciación y migración de células madre (19). Esta respuesta biológica evita la producción de fibrosis en los tejidos tratados (20).

 

 

 

 

 

 

Las ondas de choque incrementan la formación de hueso (21), aumentando  la proliferación y diferenciación de osteoblastos (22). En pseudoartrosis y retrasos de consolidación, diversos ensayos clínicos en humanos muestran que las ondas de choque comparadas con la cirugía tienen la misma tasa de éxito, una recuperación más rápida y menos complicaciones.  La ISMST (“International Society for Medical Shockwave Treatment”), en base a estos resultados positivos, recomienda las ondas de choque como tratamiento de primera elección para  pseudoartrosis y retrasos de consolidación de huesos largos. (4, 23).

Ejemplo de reparación progresiva de una tendinitis crónica: