
Entrenamiento invisible
El entrenamiento invisible hace referencia a todas aquellas actividades que un deportista, aficionado o profesional, realiza fuera de la sesión formal de entrenamiento. Estas actividades tendrán impacto para que le cuerpo se adapte al entrenamiento, los beneficios y el riesgo de lesión.
Los tres factores principales a tener en cuenta para tener un entrenamiento invisible apropiado son: La alimentación, el descanso y el entorno psicosocial.
Alimentación
Básicamente se trata de comer de forma saludable y pensando en reponer el desgaste por ejercicio, y de anticiparse a las demandas del próximo entrenamiento. Un cuerpo bien nutrido será saludable y podrá enfrentarse con energía al ejercicio diario.
Descanso
El entrenamiento supone un estrés físico para el cuerpo, el cual luego tendrá que repararse y súper-compensar para poder enfrentar mejor la próxima sesión.
Especialmente durante el sueño profundo se reparan los daños microscópicos que se produjeron a nivel de los tejidos al entrenar y se fortalecen las estructuras, se vuelven a llenar los depósitos de glucógeno y triglicéridos que se vaciaron al entrenar.
Un deportista profesional debe asegurarse entre 8 y 9 hrs de sueño nocturno, si no puede hacerlo debería compensar con una siesta durante el día.
Entorno psicosocial
A la hora de analizar la recuperación post entrenamiento debemos considerar otros factores además de los puramente biológicos como el sueño y la comida. Nos referimos a los factores psicológicos y sociales, los cuales son inseparables de los factores biológicos, ya que unos repercuten en los otros. Debemos saber que la respuesta al estrés causa gran fatiga y limita la capacidad de recuperación del organismo. Por lo que es importante mantener una vida laboral y social equilibrada, evitando el estrés, y recordar que somos deportistas las 24 horas del día.