Eficiencia de energía, alimentación y running
En el desarrollo de cualquier actividad, no solo las deportivas, la eficiencia energética se ha convertido en un elemento clave. Existen innumerable que demuestras que nuestra alimentación influye en nuestro trabajo, vida cotidiana, en la positividad o negatividad con la actuamos, etc. Al fin y al cabo la comida en un compuesto energético para hacer frente a las horas de actividad del día a día. Es por ello que en el desarrollo de cualquier actividad deportiva es muy importante prestar atención a la producción energética.
En la práctica deportiva, especialmente en el campo del running, se necesita energía, pero hay que suministrarla de forma adecuada y sostenida para cumplir los objetivos que nos ponemos. Por ejemplo, en este aspecto, la nutrición adecuada para deportista de élite varía en función de la distancia ha recorrer.
Nuestro cuerpo tiene dos formas de obtener la energía de los alimentos: una por medio del metabolismo aeróbico, que se pone en funcionamiento en eventos de larga duración; y otra por medio del metabolismo anaeróbico, que se da en momentos en los que cuesta mantener la respiración, como durante los cambios de ritmo, la ascensión de una loma o en los últimos metros de la llegada en la carrera. De hecho, el 40% de la energía necesaria para una carrera de 800 metros proviene de ese metabolismo anaeróbico.
