Calambres durante el deporte
Durante la práctica de la gran mayoría de deportes, es muy frecuente sufrir calambres. Aún más habitual en deportes que exigen un esfuerzo elevado de nuestros músculos en momentos puntuales. De la misma manera, algunas personas son más propensas que otras a sufrir calambres por la propia predisposición genética de sus músculos, al margen de un correcto entrenamiento. Existen muchos métodos para ayudarnos a prevenir y tratar esta dolencia, pero en primer lugar debes saber qué es un calambre muscular en si mismo.
Se trata de una contracción involuntaria y muy fuerte de un músculo. En general el músculo afectado es el que se está usando, pero el dolor puede extenderse a otros. En cuanto a la causa de los mismos, si bien se habla de falta de potasio o disfunción de los nervios, la realidad es que hay dos posibles causas; la más importante es la fatiga, y en segundo lugar podemos considerar a la deshidratación como causa. La edad también es un factor que influye, siendo los músculos jóvenes y menos castigados quienes menos frecuencia de calambres pueden sufrir.
El tratamiento es sencillo. Ante la señal de calambre, se debe relajar y estirar el músculo afectado mientras se contrae el antagonista (el músculo que hace la función contraria). Se trata de una señal del cuerpo, que nos advierte del agotamiento de nuestro físico, por lo que el descanso y la relajación son las mejores técnicas contra los calambres.
En cuanto a la prevención, huyendo de los mitos de tomar alimentos ricos en potasio, como los plátanos, el mejor método es el entrenamiento adecuado a la altura del deporte a practicar. Pero sin llegar a la fatiga, más si nuestro objetivo es presentarnos a alguna competición, con lo que iremos entrenando el músculo para que sea más resistente. El descanso, el entrenamiento y la buena alimentación/hidratación son siempre los mejores compañeros del deportista.